Corea del Norte y Corea del Sur: Separados y revueltos

El tema que estrena la sección Hasta aquí podemos leer es el de las dos Coreas, qué ocurrió y cómo se ha llegado a la situación actual.

¿De dónde partimos? ¿Hubo una sola Corea?

Respuesta primero para la segunda pregunta, que es rápida: Sí, hubo una sola. De hecho existe un fuerte sentimiento de nacionalismo étnico en las personas de la península de Corea desde mucho tiempo atrás.
De aquí se puede responder a la primera pregunta, el punto de partida. Para entender el embrollo del conflicto de Corea y por qué se encuentra divida en dos naciones políticamente antagónicas hay que retroceder hasta principios del siglo pasado, cuando Japón emprendió una expansión por el continente asiático. Los japoneses estaban decididos a modernizarse y abandonar el mundo casi medieval de samuráis. Lo que hicieron fue implantar un régimen colonial para la explotación de recursos en Corea, así como en otras zonas de Asia.

El imperio japonés con la península de Corea en el centro (Fuente: Wikipedia)

La rendición japonesa en la Segunda Guerra Mundial en 1945 libró a los coreanos de décadas de opresión, pero dio paso a una ocupación de las dos potencias aliadas, Estados Unidos y la Unión Soviética, las cuales dividieron la península en dos países, tomando el paralelo 38 como referencia. En el norte se estableció una dictadura que contaba con el apoyo de la URSS y que estaba liderada por Kim Il Sung, quién había combatido contra los japoneses. En el sur mandaba Syngman Rhee, otro dictador, éste ayudado por los EEUU.

¿Qué hacían EEUU y la URSS en Corea?

Pues como en muchas otras regiones del mundo, Corea se convirtió en escenario de disputa entre los EEUU y la URSS durante los años de la Guerra Fría. Básicamente, las dos superpotencias se dedicaron a darse de tortas juntos con sus respectivos aliados en todos lados del mundo, excepto en sus territorios (el botón nuclear disuadió a ambos de hacerlo). Pues bien, sucedió que en 1949 triunfó la revolución cultural en China (comunista). Eso desequilibró la delicada estabilidad de la zona. Stalin, que esperaba haber podido llevarse algo más del trozo del pastel europeo tras el final de la II Guerra Mundial, vio en Corea un filón y una oportunidad de pegar el bocado por el otro extremo, es decir, por oriente. Apoyó a Corea del Norte en una invasión del sur pro-EEUU. Era el principio de la Guerra de Corea, uno de los primeros escenarios de la Guerra Fría.

¿Quién ganó?

El general Douglas MacArthur

La contienda «duró» 3 años (1950-1953) y fue una auténtica salvajada, con un saldo de unos 3 millones de muertos, sólo en civiles.  Grosso modo se produjo un tira y afloja de ambas fuerzas. Al principio Corea del Norte, con los soviéticos, avanzaron rápidamente y llegaron a tomar Seúl. Después Corea del Sur, con los EEUU apoyados por la ONU, contraatacaron y recuperaron el terreno perdido. Pero después se lió aún más la cosa cuando entraron en la guerra los chinos, y la balanza volvió a inclinarse del lado soviético. El general Douglas MacArthur, intentando dar un porrazo en la mesa, llegó a proponer lanzar una bomba atómica a China para provocar un fin rápido de la guerra, pero el presidente Truman y el Senado estadounidense temieron un respuesta nuclear soviética; Truman destituyó a MacArthur y puso en su lugar a al general Ridgway.
Al principio dije que la guerra duró 3 años entre comillas. Lo hice intencionadamente, porque, oficialmente, la Guerra de Corea jamás terminó. No hubo tratado de paz alguno, lo que hubo fue un armisticio, es decir, un alto el fuego. Eso explica el hecho de que ambos países vivan aún hoy en un estado de máxima tensión. Por tanto la respuesta a la pregunta es nadie, la guerra de Corea no acabó y por tanto no tuvo ganadores. Perdedores desde luego sí, los millones de muertos y familias definitivamente separadas por dos naciones, cuya frontera es la última de la Guerra Fría.

Tras la guerra, ¿Cómo fue el camino de las dos coreas?

Kim Il Sung y su hijo Kim Jong‑il en uno de esos famosos murales

La República Popular Democrática de Corea o Corea del Norte estableció un peculiar régimen comunista hereditario. A Kim Il-sung le sucedió su hijo Kim Jong-il en 1994 y a la muerte de éste en 2011, le sucedió su hijo Kim Jong-un, el líder actual del país. El estado norcoreano caminó bajo el paraguas  soviético durante décadas. La desaparición de la URSS perjudicó muchísimo al país, porque se quedó sin apoyo económico. Las condiciones de vida de sus habitantes se deterioraron durante los años 90, hasta el punto de sufrir severas hambrunas.

Syngman Rhee, dictador de Corea del Sur en un encuentro con el general MacArthur

Corea del Sur, con el apoyo de EEUU, tampoco ha tenido un recorrido de libertades, al menos hasta hace tres décadas.  En los años 60, unas revueltas estudiantiles forzaron la dimisión de Syngman Rhee. Después llegó el régimen opresor de Park Chung-hee, eso sí, durante su mandato, la economía surcoreana creció y se desarrolló notablemente. Tras el asesinato de Park Chung-hee en 1979 vinieron años de inestabilidad política y de falta de libertades que no cesaron hasta que las protestas acabaron con los regímenes despóticos en 1987, sólo un año antes de los juegos olímpicos de Seúl. Por cierto, Corea del Norte y otros 12 países no participaron en el evento.
La frontera del paralelo 38 sigue siendo una zona desmilitarizada y la Guerra continúa oficialmente sin final. La tensión subió especialmente a raíz del programa de misiles de largo alcance y sobre todo con los ensayos nucleares llevados a cabo por el régimen de Pyongyang .

¿Cuál es la situación actual?

Corea del Norte continúa bajo el mandato de la dinastía de los Kim por medio de un férreo régimen que controla con eficacia a sus ciudadanos. Las críticas a las reiteradas violaciones de los derechos humanos y su gran hermetismo hacen de Corea del Norte una terrible dictadura. El país además posee una fuerzas Armadas descomunales, ¡Se calcula que de un millón de efectivos!. En el recuerdo de sus gentes persiste un profundo resentimiento, con el fondo de los años de ocupación y de opresión de los japoneses. Eso puede ayudar a comprender el carácter y el espíritu de aquellas personas, el del odio a una potencia externa que amenaza con la ocupación. Es en buena medida lo que le da sentido y sirve de combustible de la ideología Juche (autosuficiencia), que pregona el régimen.
Por su parte, Corea del Sur ha experimentado un grado de desarrollo enorme. Es el país número 12 por PIB y posee grandes multinacionales de industria automovilística y tecnología que todos conocemos.

Pero en los últimos años asistimos a varios gestos de acercamiento y de esperanza. Vale la pena mencionar la emotividad de las citas por unas horas de familiares de ambos países, personas que llevaban décadas sin verse y se reencontraron, ya ancianos.  Otro gesto relevante tuvo lugar con la participación conjunta de Corea del Norte y del Sur en los juegos olímpicos de invierno de 2018. En mayo de 2018, Corea del Norte adoptó el huso horario de Corea del Sur. También tuvo mucha difusión, pero parece que de momento menos repercusión, el encuentro entre el presidente Donald Trump y Kim Jong-un.

Histórica cumbre entre Kim Jong-un y Trump el 12 de junio de 2018.

Abandonemos ahora por un sólo párrafo la estricta información histórica. y hagamos análisis del panorama actual ¿Qué se pretende con el acercamiento?. Todos estos gestos hacen entrever una posible estrategia de Corea del Norte para alejar la presión sobre su régimen. O también podría ser idea la de EEUU para alejar la enorme influencia de China sobre Corea del Norte, su eterno aliado. Lo que parece claro es que, hoy por hoy, el horizonte de una reunificación se encuentra de momento muy, pero que muy lejano.

Y hasta aquí podemos leer…

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