Que el grueso de nuestra lengua provenga del latín, con no pocas aportaciones del griego y del árabe, es algo sabido. Pero, ¿En serio? ¿Hay palabras en español que provienen del checo? Pues sí, aquella, para nosotros, extraña lengua eslava nos ha dado algunas palabras de uso bastante cotidiano. Es cierto que ninguno de los préstamos de origen checo son directos, es decir, que los tres términos nos llegaron a través de otros idiomas.
- Obús: También conocido como proyectil, el obús es un tipo de pieza de artillería, cuyo término se documenta en nuestro idioma desde el siglo XVIII. Proviene del francés obús, a su vez del alemán haubitze, y a su vez del checo hofnize, que era una especie de catapulta.
- Pistola: Como es sabido, una pistola es un arma de fuego corto que puede utilizarse con una sola mano. Esta palabra nos vino directamente del alemán Pistole y ésta del checo pišt’al, cuyo significado literal era flauta. El término con dicho significado, es decir, el de arma de fuego corta está documentado en nuestro idioma desde el siglo XVI. Es de suponer que aquellas armas debieron recordar a una flauta de dimensiones reducidas.
- Robot: Esta palabra nos llegó a través del inglés robot, proveniente del checo robota, cuyo significado es «trabajo» o «esclavo». Se le ocurrió a un escritor checo, Karel Čapek, quién escribió una obra de teatro llamada R.U.R (Robots Universales Rossum), el nombre de la empresa que fabrica los androides, cuya labor consiste en aligerar las tareas de los humanos. La obra se estrenó en 1921 y tuvo gran repercusión a nivel internacional, lo que hizo que se difundiera el término. Decir que en la obra ya se trataba la rebelión de los robots y la consiguiente amenaza para la humanidad, vamos, lo que viene siendo el típico argumento de ciencia-ficción.