El país más pequeño, misterioso, errante y testigo de las cruzadas

Imagino que si preguntase cuál es el país del mundo más pequeño, la mayoría de los internautas pensarían en el Vaticano, el Principado de Mónaco, o bien en algún otro estado minúsculo como San Marino o Liechtenstein. Pero, ¿y si resulta que ninguno de esos países es el más pequeño?, ¿y si encima resulta que el país en cuestión es tan, tan pequeño que, por pequeño, ni siquiera tiene territorio? No desvarío, no les estoy engañando; me refiero a la Orden de Malta o, como se denomina oficialmente, La Soberana Orden militar y hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta. Toma ya, ahí queda eso. Vamos a viajar por la apasionante y sorprendente historia de órdenes religiosas y guerreros de las cruzadas que daría para una serie y varias temporadas. Tomen nota señores guionistas.

El origen

Quizás alguien a quién le suene aquello de la Orden de Malta podría disentir y decir que es una orden religiosa. En efecto, es una orden de la iglesia católica que, en la actualidad, presta diversos servicios médicos y humanitarios. La Orden de Malta la fundaron unos mercaderes que provenían de Amalfi, una comuna, más o menos cerca de la ciudad de Nápoles, en la actual Italia, en el siglo XI. Pero dicha orden no se estableció allí, sino en Jerusalén. Fray Gerardo Tum fundó la orden con un hospital para los peregrinos que viajaban hasta la ciudad santa. La orden obtuvo muy pronto el reconocimiento papal y, también muy pronto, tomó un sentido militar. Al igual que otras órdenes militares religiosas, por ejemplo, los Caballeros templarios o la Orden Teutónica, la de Malta tomó parte en las llamadas Cruzadas, el conjunto de operaciones militares de la Edad Media por las que, la Iglesia Católica intentó, con más o menos éxito, recuperar los Lugares Santos (lo que viene siendo principalmente el actual estado de Israel), tomados siglos antes por los musulmanes.

Durante las cruzadas. Comienzan las mudanzas

Crac de los Caballeros, el imponente castillo, sede en Jerusalén de la orden.

La Primera cruzada salió bien para los cristianos, ya que conquistaron Jerusalén. Esto benefició a la Orden de Malta, pues a pesar del control cristiano de la ciudad santa, la situación no era estable y del todo segura; de hecho, fue Jerusalén la primera sede de la orden. He aquí cuando empiezan las vicisitudes: El gran sultán Saladino recuperó Jerusalén para los musulmanes, y los caballeros de la orden, con todo el personal, tuvieron que hacer las maletas a Chipre, donde instalaron su sede. A principios del siglo XIV se establecieron en la isla de Rodas, desde donde erigieron numerosas fortificaciones y castillos, los cuales sirvieron de retaguardia para la flota que luchaba en la zona en las sucesivas cruzadas contra los «infieles sarracenos».
En 1453 los otomanos conmocionan la Europa cristiana tomando Constantinopla, el bastión de la Iglesia Ortodoxa y punto estratégico vital para el comercio con Oriente. Pocas décadas después llegó el siguiente golpe para la Orden de Malta: El gran sultán otomano Solimán el magnífico asedió Rodas y la Orden tuvo que abandonar la isla.
Nos encontramos en pleno siglo XVI y los reinos cristinos tienen, no una piedra, sino una roca gigante en el zapato, porque el enemigo musulmán está en las puertas de Europa y controla buena parte del Mediterráneo. Los otomanos conquistan Túnez, lo que viene siendo la mitad de dicho mar y se toman medidas para contener el avance. En 1530, el Papa Clemente VII le da el visto bueno a Carlos I de España para ceder la isla de Malta y Trípoli a la Orden de Malta para que ésta despliegue sus operaciones militares. Pueden imaginar cuánto poder atesoraban las órdenes militares cruzadas, ¿verdad? Por eso, a cambio de estos territorios, se le exigió que no intercedieran en ninguno de los conflictos religiosos de Europa.

Los duros años en Malta

La Edad Moderna transcurrió con no pocas adversidades para la orden. Para empezar, sus finanzas se vieron seriamente afectadas por el follón del conflicto religioso de los protestantes. Muchos reinos y gente poderosa dejó de donar dinero a la orden y, para colmo, los otomanos llegaron a la isla e iniciaron un sitio que costó sangre y sudor repeler; sólo la ayuda del ejército español logró rechazar la embestida.

Los últimos siglos

Napoleón Bonaparte expulsó a la Orden de Malta de la isla del mismo nombre en 1798 y ya nunca más regresarían. Tras instalarse en varias ciudades italianas durante principios del siglo XIX, la orden se asentó definitivamente en Roma en 1834. Ya en el siglo XX, canalizó de nuevo su labor hacia un carácter de asistencia hospitaliaria y así fue como llevó a cabo misiones humanitarias durante las dos guerras mundiales.

En la actualidad

Bandera de la Orden de Malta con la característica cruz de Malta
Frey Matthew Festing, actual Gran Maestre, ataviado con el uniforme militar de la Orden de Malta.

La Orden de Malta dispone en la actualidad de varios organismos internacionales de carácter médico y humanitario, todo ello, sin haber perdido su ideología religiosa católica. Pero lo que resulta más curioso, y aquí es donde regresamos al asunto de partida, es que la orden es sujeto de Derecho Internacional. ¿Qué significa eso? Significa que es reconocida internacionalmente, sí, como si fuese cualquier otra nación. Otros países del mundo, más de 100, mantienen relaciones diplomáticas con la orden, con lo que ello conlleva: Sus embajadas, personal embajador, etc. También tiene derecho de asistencia a las sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en calidad de observador. Como curiosidad, no mantiene relaciones diplomáticas con Grecia, país al que pertenece la isla de Rodas, antiguo territorio.
La orden sigue presidida por la figura del Gran Maestre, en la actualidad Frey Matthew Festing. Los miembros son laicos, pero se les exige el voto de castidad, pobreza y obediencia al Papa. Como curiosidad, por si eran pocas, el rey emérito Juan Carlos y Felipe VI son miembros de esta antiquísima organización superviviente de las cruzadas.

Desfile de caballeros de la orden por la Plaza de San Pedro, Roma

Asistimos al final de esta apasionante historia respondiendo con más exactitud a la pregunta inicial. ¿Tiene o no tiene la Orden de Malta territorio? Sí y no. Me explico: En teoría no lo tiene, pero hay un pero. Hoy en día, la sede se encuentra en un magnífico palacio, sito en la Via dei Condotti , en la ciudad de Roma. Esta sede es a su vez embajada ante Italia y ello conlleva disponer de un estatuto de extraterritorialidad. ¿Qué es esto? Significa que una embajada se considera prolongación del país propietario, aún encontrándose en uno extranjero. Por eso, por ejemplo, Julian Assange permanece refugiado en la embajada de Ecuador de Londres, ya que la justicia británica no tiene competencias para entrar en el edificio. En conclusión, podría decirse que la superficie de la Orden de Malta es igual a los metros cuadrados de su sede de Roma.

 

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