¡Ah el café! La segunda bebida más consumida en el mundo después del agua, apreciado elixir para combatir el sueño y estimulante. Mucha gente no podría concebir una jornada sin este preciado y amargo líquido. Mayormente importado desde América y África, son los italianos los que le han otorgado diversos «apellidos» para denominar las múltiples variedades en su elaboración, tales como mocca, espresso, capuccino, etc.
El arbusto que da los granos de café proviene del reino de Kaffa, en la actual Etiopía. La palabra proviene del árabe qahwah, pasando al idioma turco como kahve y al italiano como caffe. Un momento, ¿qué hacen los italianos constantemente metidos en todo esto del café? Hay que recordar que los diversos reinos y repúblicas que formaban lo que hoy es Italia, se dedicaban en buena medida al comercio, principalmente con artículos traídos de Asia, si no recuerden a Marco Polo y la Ruta de la Seda; pero también del continente africano, como es el caso. De esta manera, fueron los venecianos quiénes introdujeron el café en Europa en 1640, siendo Italia el primer lugar en el que se popularizó su consumo. Eso sí, su fama de bebida consumida por musulmanes le dotó de mala fama, hasta el punto de ser considerada un caldo diabólico. El Papa Clemente VIII, cuyo pontificado tuvo lugar entre el siglo XVI y XVII, se encontró en la tesitura de autorizar o prohibir su consumo. A este respecto, se dice que al probarlo dijo «Questa bevanda del diavolo è così buona, che dovremmo cercare di ingannarlo e battezzarlo«, algo así como «Esta bebida del diablo es cosa tan buena, que vamos a engañar a Satanás bautizándola y santificándola». Y de ahí la merecida fama cafetera de los italianos. Así, por ejemplo, el nombre del café mocca proviene de la ciudad homónima , situada en Yemen y famosa por ser el puerto de origen más grande del café durante los siglos XV y XVII, cuando el excitante brebaje se abría paso en Europa. El café capuchino o capuccino recibe su nombre del color marrón del hábito de los monjes de la orden de los Capuchinos. Mucho más reciente y también italiano es la cafetera expreso, un invento patentado por Luigi Bezzera en 1901.
El siguiente paso del éxito del café fue su implantación en América. Los holandeses y los franceses fueron los primeros que encontraron dónde aclimatar la planta en los climas de las Antillas y la Guayana respectivamente.
Por último añadir que, en castellano, la voz como la conocemos, se documenta a partir del siglo XVIII.